¿Su agua huele a cloro?
Como halógeno, el cloro es muy eficaz para eliminar del agua la mayoría de los patógenos, es decir, los microorganismos presentes en el agua que pueden ser perjudiciales para la salud. Aunque el cloro en grandes dosis puede producir efectos nocivos para la salud, la cantidad que contiene el agua del grifo no suele ser perjudicial.
Además, el cloro hace algo que otros métodos de desinfección no hacen: proporciona un efecto residual.
Después del tratamiento, el agua aún puede tener que recorrer largas distancias hasta los tanques de almacenamiento y los sistemas de distribución. En los lugares donde no se utiliza el agua, aumentan las posibilidades de que vuelvan a crecer patógenos. Esto puede causar un gran desorden, incluyendo limo y biopelículas que podrían contaminar toda el agua limpia que se distribuye a través del sistema. El efecto residual del cloro ayuda a evitar que esto ocurra.
Los estudios actuales demuestran que beber agua con una pequeña cantidad de cloro no causa efectos perjudiciales para la salud. Si bien esto es cierto, algunas personas son más sensibles que otras al cloro y otras diferencias ambientales, y existe la preocupación del riesgo a largo plazo de cáncer debido a la exposición crónica de trihalometanos, que es un subproducto de la desinfección.
Por ello, algunos municipios se plantean otras opciones. Las Vegas ha emulado a muchas ciudades europeas y canadienses en el cambio al ozono inocuo en lugar del cloro.
El ozono es eficaz en una amplia gama de pH y es muy potente, pero sus costes operativos son más elevados.
¿Su agua huele a cloro?
Muchas veces, sobre todo si hay un frente cálido en primavera, la proliferación de bacterias/algas cerca de la fuente de agua hace necesario añadir más cloro para reducir el crecimiento de microorganismos y mantener baja la población de bichos. Este es un ejemplo de carga de desinfectantes en un sistema. Esto también puede ser frecuente después de un problema conocido de tratamiento o alerta de hervir el agua.
Cloros frente a cloraminas: ¿Cuál es la diferencia?
La cloramina es una variante química del cloro que contiene amoniaco. Por lo general, se puede beber y utilizar en casa de la misma forma que el agua del grifo tradicional tratada con cloro.
Desde principios de los años 20 y 30, las ciudades han utilizado habitualmente productos químicos, tanto cloro como cloramina, para tratar el agua potable municipal. El uso del cloro se generalizó durante la Primera Guerra Mundial, cuando la escasez de amoniaco redujo la disponibilidad de cloramina. Como resultado, el cloro sigue siendo común, pero la cloramina se está adoptando cada vez más, especialmente en zonas densamente pobladas.
Algunas poblaciones, en concreto las personas en tratamiento de diálisis y las que tienen problemas respiratorios, pueden ser sensibles a las cloraminas.
Si usted o los miembros de su familia entran en alguna de estas categorías, es una buena idea consultar con su proveedor local de agua potable para ver si se va a producir un cambio en su zona. La cloramina también es perjudicial para los peces y los animales acuáticos, por lo que deberá prestar mucha atención si acostumbra a complementar el agua de su acuario con agua del grifo, o considerar la posibilidad de utilizar un filtro de cloramina.
¿Por qué se añade cloramina al agua?
Las empresas de suministro de agua suelen utilizar la cloramina como método de desinfección secundario para garantizar la eliminación de gérmenes y otros agentes patógenos del suministro de agua. Suele utilizarse como sustituto del cloro tradicional, que puede acumularse con el tiempo.
El cloro también puede tener un periodo de eficacia más corto cuando se trata del tratamiento del agua, por lo que en determinadas zonas donde el agua tiene que viajar más lejos, las cloraminas pueden ser más eficaces para garantizar la desinfección del agua a largo plazo.
Los municipios también pueden optar por utilizar cloramina en lugar de cloro porque a menudo puede dar lugar a menos quejas sobre el sabor y el olor. La cloramina suele tener un olor y un sabor a cloro menos perceptibles, al tiempo que protege la seguridad y la calidad del agua.
Cómo eliminar la cloramina del agua del grifo
Si se encuentra entre las personas afectadas por la presencia de cloraminas en el agua -e incluso si no lo está-, quizá le convenga considerar la posibilidad de instalar un filtro de agua para disponer de agua más fresca y de mejor calidad en su hogar. Hay muchas variantes de filtros, por lo que es importante elegir uno diseñado específicamente para eliminar sustancias químicas como el cloro y la cloramina.
Los sistemas de filtración por ósmosis inversa son un buen punto de partida, ya que la tecnología de ósmosis inversa puede eliminar eficazmente este tipo de compuestos químicos.
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